El embarazo es un período trascendental en la vida de una mujer, donde la nutrición adecuada desempeña un papel esencial en el bienestar del feto. Entre los numerosos nutrientes vitales durante esta etapa, el ácido fólico, también conocido como vitamina B9, se destaca. Sin embargo, no basta solo con mencionar el ácido fólico; es crucial comprender la importancia de su forma activa, el metilfolato o 5MTHF. En este artículo, exploraremos por qué el ácido fólico desempeña un papel crucial en el embarazo, por qué se recomienda priorizar las formas activas, y también abordaremos los riesgos asociados con la acumulación de ácido fólico en relación con la maternidad y el bebé. Además, proporcionaremos recomendaciones sobre la ingesta de metilfolato antes de concebir y durante el embarazo, junto con la cantidad recomendada.
¿Qué es el ácido fólico y por qué es esencial en el embarazo?
El ácido fólico es una vitamina del complejo B que desempeña un papel fundamental en la síntesis del ADN, la formación de células sanguíneas y el desarrollo del sistema nervioso del feto. Durante el embarazo, el requerimiento de esta vitamina aumenta de manera significativa, ya que resulta crucial para prevenir defectos del tubo neural en el feto, como la espina bífida. Además, el ácido fólico es esencial para el crecimiento y desarrollo celular en general.
¿Por qué se da prioridad al metilfolato en lugar del ácido fólico?
A pesar de la importancia del ácido fólico, es importante tener en cuenta que muchas personas enfrentan dificultades para metabolizarlo eficientemente en su forma sintética. Por este motivo, se promueve el consumo de metilfolato o 5MTHF en lugar del ácido fólico. El metilfolato es la forma activa de la vitamina B9, directamente utilizable por el organismo, lo que se traduce en una absorción y utilización más efectivas.
Ventajas del metilfolato:
- Mejor absorción: El metilfolato se absorbe de manera más eficiente en el intestino, asegurando que el organismo obtenga la cantidad adecuada de folato.
- Menor riesgo de acumulación: Algunas personas no pueden convertir el ácido fólico en metilfolato, lo que puede dar lugar a la acumulación de ácido fólico no metabolizado en el cuerpo. Esta acumulación conlleva riesgos potenciales, como interferir con la detección de deficiencias de vitamina B12 y enmascarar síntomas de anemia perniciosa.
Recomendaciones preconcepcionales y cantidades recomendadas de metilfolato durante el embarazo:
- Preconcepción: Antes de concebir, se aconseja que las mujeres en edad fértil consuman al menos 400 microgramos (mcg) de ácido fólico al día. Esta cantidad representa el mínimo recomendado para prevenir defectos del tubo neural y otras complicaciones en el embarazo. Además, si existe la posibilidad de un embarazo, muchas autoridades de salud sugieren considerar un suplemento de metilfolato para garantizar una absorción efectiva.
- Primer trimestre del embarazo: Durante el primer trimestre, cuando se lleva a cabo la formación de los órganos y estructuras fundamentales del feto, se recomienda aumentar la ingesta de metilfolato. A menudo, se sugiere una dosis de al menos 600-800 mcg de metilfolato al día, en combinación con una dieta equilibrada rica en alimentos ricos en folatos.
- Segundo y tercer trimestre del embarazo: A lo largo del segundo y tercer trimestres, la necesidad de metilfolato podría disminuir ligeramente, pero aún es importante mantener una ingesta adecuada. Las cantidades recomendadas pueden variar en función de las necesidades individuales y deberían ser determinadas por un profesional de la salud. En general, se continúa con un suplemento de metilfolato de al menos 400-600 mcg por día, acompañado de una alimentación saludable.
Fuentes de metilfolato y otros alimentos ricos en folatos:
Además de la suplementación con metilfolato, resulta esencial incorporar alimentos ricos en folatos en la dieta, que son fundamentales durante el embarazo. A continuación, presentamos una lista de alimentos que aportan folatos:
- Legumbres: Los garbanzos, lentejas y alubias destacan como excelentes fuentes de folatos. Platos como el hummus, la sopa de lentejas o el chili de alubias son opciones para elevar la ingesta de esta vitamina.
- Verduras de hojas verdes: Las espinacas, la col rizada, el brócoli y las acelgas son ricas en folatos y se pueden incorporar en ensaladas, salteados y batidos verdes.
- Cítricos: Naranjas, mandarinas y pomelos, además de aportar folatos, son una excelente fuente de vitamina C, beneficiosa durante el embarazo.
- Aguacates: Los aguacates, ricos en folatos y grasas saludables, resultan ideales para ensaladas o guacamole.
- Frutos secos: Nueces, almendras y cacahuetes son buenas fuentes de folatos y se pueden consumir como snacks saludables.
- Hígado: Aunque el hígado, especialmente el de pollo o ternera, sea rico en folatos, se debe consumir con moderación debido a su alto contenido en vitamina A, que puede resultar perjudicial en exceso durante el embarazo.
- Huevos: Los huevos aportan folatos y proteínas, y pueden prepararse de diversas maneras, como cocidos, revueltos o en tortillas.
- Productos de trigo fortificados: Ciertos productos de trigo, como cereales y pan fortificados, son buenas fuentes de folatos.
En conclusión, el ácido fólico se erige como un nutriente crítico para el desarrollo saludable del feto durante el embarazo. Dar prioridad al metilfolato en lugar del ácido fólico es crucial, ya que garantiza una absorción más eficiente. Asimismo, es esencial estar consciente de los riesgos vinculados a la acumulación de ácido fólico en el contexto de la maternidad y la salud del bebé. No olvides seguir las recomendaciones preconcepcionales y durante el embarazo, e incluir alimentos ricos en folatos en tu dieta para mantener una nutrición adecuada y propiciar un embarazo saludable.
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