Al contrario que otros mamíferos, el ser humano nace totalmente dependiente. Hasta los 18 meses, nuestros bebés no son capaces de moverse con autonomía. La naturaleza no hace que tengamos 18 meses más de embarazo, y creo que todas damos gracias, pero es necesario no olvidar que estos bebés, que nacen inmaduros cognitivamente, tienen una serie de necesidades.
La exterogestación es ese periodo desde que nace nuestro bebé hasta que alcanza esa pequeña dependencia que se la da la capacidad de moverse sin ayuda, a los 9 meses empieza con el gateo y a los 18 meses aproximadamente todos los bebés deambulan perfectamente.
Pero aunque es un parámetro que nos indica que ha habido un cambio, no es sólo por poder moverse libremente. Digamos que hasta que han alcanzado este hito, han ocurrido muchas cosas a nivel madurativo.
Hasta ese momento, es vital que nuestro bebé siga teniendo sus necesidades básicas cubiertas, y no me refiero sólo a la alimentación, si no a ese contacto casi continuo con la madre.
Los bebés, sobre todo en los primeros meses, no entienden qué es dentro y qué es fuera, no entienden que han cambiado de hábitat, que han salido del útero de sus mamás, un bebe en la semana 40 de embarazo sigue teniendo las mismas necesidades que un bebe en su primera semana de vida, por ello, el contacto continuo con la madre va a ofrecerles calma y seguridad mientras su inmaduro cerebro se continúa desarrollando.
Es importante tener en cuenta que estresar a un bebé, puede dañar sus sistemas inmaduros que aún están en desarrollo, lo que puede tener consecuencias en el bebé durante toda la vida. Con estresar al bebé me refiero a no cubrir esas necesidades básicas. Si a ningún padre (espero) se le ocurriría dejar a su bebe llorando cuando le toca comer para que se vaya acostumbrando a la sensación de hambre, no se le debería de dejar llorar cuando lo que necesita en ese momento es estar en brazos.
¿Eso quiere decir que si dejo a mi bebé para irme a trabajar le voy a generar consecuencias negativas para toda su vida?
A veces, adaptar la maternidad que debería de ser a las circunstancias del día a día puede ser complicado o incluso imposible. Tenemos claro lo que necesita nuestro bebé, pero es posible que no podamos hacerlo al cien por cien, pero no por ello tenemos que angustiarnos.
¿Qué podemos hacer entonces?
Partiendo de la base de que nuestro bebé debería estar pegado a nosotras, por lo menos esos primeros 9 meses, podemos hacer cosas para ayudarles cuando el mundo laboral de hoy en día no nos lo permite.
Portea, portea y portea. Todo lo que puedas, en la calle, en tu casa, todo el tiempo que quiera tu bebé. Sabemos que no puedes estar todo el tiempo que tengas con el bebé sentada en el sofá con él encima o tirada en el suelo jugando con él, por ello, si tienes que hacer cosas sí o sí, portear te da la posibilidad de mantener ese contacto con tu bebé mientras cubres sus necesidades emocionales.
No tengas prisa por pasarlo a su cuna o a su habitación. Si, es cierto que volver a la vida laboral y no dormir se puede hacer muy complicado, pero si ya pasas 8 horas trabajando y cuando vuelves de trabajar tienes millones de cosas que hacer, por qué no aprovechar las horas de la noche para fomentar ese acercamiento, ese contacto con tu bebé.
Prioriza cuidadores principales. La corta y ridícula baja por maternidad que tenemos en España nos empuja a dejar a bebés de apenas 4 meses en una guardería o escuela infantil. Y no vamos a demonizar a las guarderías o a las mamás que lo hacen, yo misma llevo a mi hijo a una, pero si tienes la posibilidad, prioriza que tu bebé esté atendido por cuidadores principales, como los abuelos, otros familiares, una vecina, o una niñera. Los bebés necesitan a mamá, pero si eso no es posible, darle estabilidad siendo cuidado por la misma persona todos los días que pueda atenderlo en todo momento le ayudará a crear un esquema de confianza, creará un vínculo con esa persona que lo atenderá y cuidará.
Que lo hagan como lo haría mamá. El otro día, estaba haciendo la compra y casi me muero de amor cuando vi a una mujer con su nieto, ¡en una mochila de porteo!. Si ya tenemos claro que lo que necesitan los bebés, sobre todo durante esos primeros 9 meses es contacto y más contacto, no es justo que cuando esté bajo los cuidados de otra persona que no es mamá, no pueda disfrutar de los beneficios del porteo por ejemplo. Así que desde aquí animo a todas las abuelas y abuelos del mundo a dejar aparcados los carritos y aprender a usar las mochilas y los pañuelos para portear.
PACIENCIA. Si, mucha paciencia, a veces el ritmo de vida nos dificulta el poder disfrutar simplemente estando sentada en el sofá con nuestro bebé encima. En nuestra cabeza está la lavadora que hay que tender, la comida que preparar, que llevas sin pasar la aspiradora desde la semana pasada, responder una llamada de tu jefa. Cuando eres primeriza, la mayoría de padres de tu alrededor te dicen, disfruta de esta fase que pasa muy rápido. Si lo dicen todos, ¿algo de razón tendrán no? Pues si, la exterogestación puede ser muy intensa y agotadora, pero los meses pasan volando, y cuando te quieras dar cuenta, ese bebé que tan sólo quería estar pegado a tí, estará corriendo de arriba a abajo todo el día, explorando el mundo y disfrutando con todos los estímulos que se encuentra en su camino, y en ese momento recordarás esas largas horas sin hacer nada más que tener a tu bebé encima, sintiendo su respiración, oliendo su cabecita y memorizando cada centímetro de su piel.
Sandra Quiles
Psicóloga Perinatal
@institutobienestarperinatal