La fiebre en niños es una preocupación común para los padres. ¿Qué es realmente la fiebre, cuándo deberías preocuparte y cómo puedes manejarla? En esta entrada de blog, exploraremos la fiebre en niños de una manera simple y comprensible.
¿Qué es la fiebre y por qué es positiva?
La fiebre es una respuesta natural del cuerpo de tu hijo a infecciones y enfermedades. Es un indicador de que el sistema inmunológico de tu pequeño está trabajando duro para combatir la amenaza. En lugar de asustarte, reconoce que la fiebre es una señal de que su cuerpo está luchando contra la enfermedad. La fiebre, por sí misma, rara vez es peligrosa y generalmente no requiere tratamiento, a menos que cause malestar.
¿Qué tipo de termómetro es el más apropiado?
Cuando necesites medir la fiebre de tu hijo, es importante elegir el termómetro adecuado. Los termómetros digitales son precisos y seguros, pero también puedes considerar los termómetros de oído y frente. Para bebés menores de 3 meses, el termómetro rectal es el más preciso, pero debes usarlo con cuidado y seguir las instrucciones del fabricante.
¿Cuándo debes consultar a un profesional de la salud?
La fiebre por sí sola generalmente no es motivo de alarma. Debes tomar medidas cuando tu hijo tenga fiebre alta (por encima de 39.5°C), muestre signos de malestar grave, como dificultad para respirar, irritabilidad extrema o cambios en la piel, o si la fiebre persiste durante más de 3 días. Recuerda que la fiebre es una respuesta positiva del cuerpo, y solo debes actuar cuando tu pequeño experimente malestar evidente.
Manejo de medicamentos:
Cuando el pediatra recete medicamentos para reducir la fiebre, es fundamental seguir las indicaciones cuidadosamente. Para el ibuprofeno, solo es adecuado para niños mayores de 6 meses. La dosificación variará según el peso y la edad de tu hijo, así que asegúrate de seguir las recomendaciones del médico.
¿Qué hacer si el niño vomita la medicación?
Si tu hijo vomita la medicación, aquí hay algunas pautas:
- Si vomita antes de los primeros 15 minutos de la administración, puedes repetir la dosis.
- Si vomita entre los 15 y 30 minutos posteriores a la administración, puedes dar la mitad de la dosis.
- Si vomita entre los 30 y 60 minutos posteriores a la administración, adelanta la siguiente dosis a la mitad del tiempo que falta.
- Si han pasado más de 60 minutos desde la administración y tu hijo vomita nuevamente, dale consuelo y asegúrate de que esté cómodo.
La fiebre es una señal de que el sistema inmunológico de tu hijo está trabajando. Actúa solo cuando haya malestar evidente o signos de afección grave. La administración de medicamentos debe seguir las indicaciones precisas del pediatra. La salud de tus pequeños es primordial, y una comunicación abierta con el pediatra es fundamental para garantizar su bienestar.
Te dejamos el enlace a nuestro taller mensual de primeros auxilios pediátricos dónde entre otros aspectos trataremos la fiebre en la infancia.
Te dejamos la información de la página de la AEPED (ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE PEDIATRÍA SOBRE EL PARACETAMOL)