Mi pequeño Luca.

Un embarazo de 10, nada de nauseas, ni mareos ni complicaciones. Cumplía en mayo, todo el mundo diciéndome que que buenas fechas, ni frío ni calor. Pensaba, qué maravilla !! Pero llegó marzo, pandemia, virus, y confinamiento. No me dio tiempo ni a una clase preparto. A mi, que me encanta informarme, conocer y saber, allá que me pongo a buscar que ejercicios hacer en casa. Gracias a mil matronas, gines.. encuentro que hacer para ayudar a mi cuerpo y que mi parto sea lo mejor posible. Pienso, he tenido un embarazo maravilloso, seguro que el parto va igual de bien. Semana 39 a monitores, vale, todo estupendo, próxima cita la semana 40, pienso, ya queda poco… Llega la cita, y todo sigue igual. Mi pequeño se movía tanto que siempre preguntaba ‘pero no se supone que cuanto menos espacio, menos se mueven?’, la matrona (Africa) alucinaba con los vídeos que le enseñaba, me decía ‘es muy buena señal, es vida’. Me dice la gine que todo sigue igual y que hay que citar para dentro de otra semana más. Y yo le decía, pero tendrán que inducir el parto?Pero hasta la semana 42 decían que se podía aguantar. (Desesperación modo ON). Semana 41, me emociana pensar que seguro ya llega el momento, pero todo seguía igual… Me citan para tres días después porque si o si tenía que llegar el momento. Justo la noche de antes, llevaba sin dormir bien muchos muchos días, y esa noche fue la bomba,la mar de agusto en el sofá con mi marido, los dos cogidos, me despierto con ganas de hacer pis, no quería levantarme del sofá de lo agusto que estaba, pero dije, vaya ser que la lie. Tal cual llegó al baño, las cataratas del Niágara se apoderan de mi. Me siento y le pido unas braguitas a mi marido, aquel dormido ni se enteraba, le grité y le dije (preparaba los bocatas!), Era la señal. Gracias a dios habían cambiado las normas y si podríamos estar juntos. Aquel corriendo, le digo tranquilo, esto no significa que este de parto, no tengo ni una sola contracción (yo la mar de tranquila). Llegamos al hospital (20/05/20), no estaba de parto, a esperar. Van pasando las horas y cada vez las contracciones molestaban más. Había momentos que me llevaban a monitores del dolor que iba sintiendo. No había dilatado, no había cuello borrado.. se empieza a hacer insoportable y me ponen la epidural y oxitocina (no había manera). Me había preparado tanto y mi cuerpo no reaccionaba. 48h sintiendo dolor. Se pasa el efecto de la epidural, no podía más. Recuerdo una matrona tocarme el brazo y decirme ‘tranquila,lo estás haciendo muy bien’ (nunca se me olvidará). Segunda epidural, ganas de empujar, pero no había manera. Se pasa el efecto (otra vez!), Me pongo de cunclillas en la camilla cual mono en la selva. No puedo más, a paritorio, si o sí había llegado el momento. No recuerdo la cantidad de gente que había, tuvieron que ayudarnos, fórceps, episiotomia, empujón en la barriga… Y cuando me quiero dar cuenta, lo tenía encima. (Cuanto pesa! Dije riéndome y llorando de la felicidad). Mi marido a mi lado en todo momento,ayudándome cada segundo, y él que no llora, lágrimas le caían. A pesar de lo complicado que fue el parto, que jamás imaginé, mi pequeño príncipe salió perfecto, buen color, cabeza perfecta, dedos largos (como su tía), Y una sensación y un amor que jamás podré olvidar. Las cosas a veces no salen como uno las planea, pero si confías y piensas que va a salir bien, así será.22/05/20. 

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.