¿Qué madre no ha idealizado el día que su bebé verá la luz? Yo creo que todas. Te preparas físicamente para estar en forma “el día “ porque según te cuentan puede durar horas o días! Revisas semana a semana el calendario de la mama. Sueñas con el momento en que te pondrán a tu bebe piel con piel y con un poco de suerte lo tendrás en tu pecho mamando al poco tiempo de conocerlo. Sueñas con su olor, su tacto, sus ojos, su boca, su todo. Pero de repente al final de un día ajetreado (38+5) te das cuenta que esa bebe tan activa que llevas dentro, ha dejarlo de serlo. ¿Será que no tiene espacio para moverse?, te preguntas. Ante la duda, mejor ir al hospital. Llegamos a las 00:00.
Ya estábamos de 38+6. Monitores, algo no va bien. Mi bebe respira pero su corazón no funciona como debiera. Oxitocina para ver cómo reacciona, nada! Solución; inducción al parto. Me ponen el propess a las 6:00. Pasan 7h y apenas he dilatado 1 cm. Deciden ofrecerme comida puesto que va para largo. A todo esto, mi cuerpo tembloroso desde el momento que nos dijeron que iban a inducir el parto, sospechaba que algo no iba bien. Me estaba avisando de lo que pasaría horas después. Tras comer, comienza el concierto de pitidos. Nunca olvidaré aquel sonido. Su cor fallaba. Cambia de posición! Me gritaban entrando a toda prisa en la habitación. De repente volvía a latir con normalidad. A los 5 min se repite la escena. Y así varias veces hasta que entra la ginecóloga. Me rompe la bolsa y sale sucia y dos enfermeras se ponen encima de mi barriga presionando con todo su peso. Mas que el dolor que sentía en ese momento, me dolía escuchar el pitido continuo del monitor anunciando que el corazón de Nia había dejado de latir. Cesárea de urgencia con anestesia. Diagnóstico; encefalopatía hipóxico isquémica. Yo no pude ver a mi hija hasta el día siguiente pero lo peor de todo es que no quería verla. No podía. Estaba en la UCI, y allí pasamos su primer mes de “vida”. Fue el único bebe a término que salió con vida. La llamaron; la niña milagro.